Como sabéis, el pasado mes de Febrero me fui de vacaciones para descansar y reponer fuerzas a un lugar maravilloso de este planeta: Costa Rica. Fueron tres semanas de viaje recorriendo un país lleno de naturaleza abrupta y salvaje que no deja a nadie indiferente. Además, en nuestra aventura por el país tico, pudimos conocer a gente maravillosa con la que compartimos etapas del viaje y que hicieron que este ganara todavía un valor mayor.
Es el caso de Sophia y Jaime, una pareja de chilenos que conocimos de camino a Isla Tortuga. Con ellos compartimos experiencias recorriendo algunos de los entornos más increíbles del país. Sophia y Jaime tienen ese brillo en la mirada de jóvenes aventureros con ganas de comerse el mundo y también la chispa de un amor bonito, inmenso y sincero. Su química además como pareja es… ¡brutal! Y me lo pusieron tan tan fácil… Es por ello que no pude evitar proponerles (ellos no lo saben, pero desde que les vi tuve ganas de fotografiarles!) una sesión de fotografía. Sí, sé lo que vais a decirme… ¡ni en vacaciones suelto la cámara! Pero es un apéndice de mi, no soy nadie sin ella y soy incapaz de resistirme a fotografiar una historia de amor tan bonita como la de ellos.
Sacamos las fotografías de una manera improvisada en el Parque Nacional de Manuel Antonio. Si no lo conocéis, es uno de los parques más bonitos e impresionantes de Costa Rica: perezosos, monos, iguanas, mapaches… ¡Todos están a un golpe de vista! Además, la luz y el color que tenía la playa en ese momento eran irresistibles. Y quien me conoce, sabe que no me resisto a una luz bonita…



























